jueves, 29 de mayo de 2008

Mayo


Hace como 4 meses que no hago un post de verdad, las razones no son muchas y ninguna tiene un peso real como para ser enumerada. Pero ahora esto me da la perfecta apertura para emular otras columnas de opinión que han estado callada por alrededor de 4 décadas. Hace ya varios meses que en los periódicos nos vemos bombardeados por miles de alusiones al mítico mayo del 68. “Que ingenuos y soñadores éramos en esa época en que creímos que podríamos haber cambiado el mundo” es la frase que corona casi la totalidad de estas columnas. Y da lo mismo que hablen del 68 en Francia, de la primavera de Praga, de la matanza en ciudad de México, de las protestas en Chicago o de nuestra mas humilde y criolla toma de la casa central de la universidad católica.

Todas y cada una de las columnas se refieren a mayo del 68 como el “casi” logro de la revolución. Es un gran hito para pacifistas, anarquistas, anticomunistas, comunistas, etc. Todos hablan con nostalgia de ese casi. Todos rememoran esa época utopías al alcance de la mano y hablan de su ingenuidad. Todos parecen haber sido el che Guevara. Pero si todo fue tan color de rosa (aunque rojinegro sería más adecuado) ¿que fue lo que falló? Todos dicen “es que éramos demasiado jóvenes”, “ingenuos”, No teníamos los píes en la tierra, etc.

No les creo ninguna palabra de lo que dicen. No creo que ni la mitad haya estado tan comprometido con sus ideales como dice haberlo estado. Los que si estaban comprometidos terminaron muertos, encarcelados, expulsados y de ahí siguieron luchando. Ellos vieron que era el momento de actuar y actuaron y cuando los demás pararon siguieron. Ellos crearon organizaciones, pelearon por el triunfo de allende, marcharon por la paz, levantaron la voz en contra de la ocupación soviética. Aunque mayo del 68 había pasado ellos siguieron realmente adelante. Eso me recuerda a un mayo mucho más reciente. El del 2006, cuando cientos de cabros chicos salieron a las calles. En una mezcla de peluseo y demandas juntas. Lograron botar a un ministro de educación y una ley. Cuando su mayo se acabó volvieron los políticos y los intelectuales que juran haber sido parte del mayo del 68. Dejaron la cagada, volvieron a hablar de una educación a base de gobernabilidad y no de justicia. A base de un equilibrio y no de los derechos. De ahí algunos se quedaron callados. Pero estos cabros, como tantos otros antes que ellos salieron nuevamente a las calles, no han aceptado la farsa como sí lo hicieron los que ahora se llenan la boca con el 68.


Solo espero que esto termine bien, que no haya más lucro en la educación y que cuando veamos en los libros de historia esto no sea el casi logro de una utopía, si no que sea realmente el logro de una reivindicación justa y necesaria y esperemos que si vienen nuevamente con falsos tecnísimos a decir que esas reivindicaciones no son factibles, que las calles sean tomadas nuevamente Total. Seamos realistas, Exijamos lo Imposible.